El Cerro Verde, así lo conocen todos, es una reserva ecológica que se protege a sí misma, un reducto aislado, alejado de la civilización.
La Fortaleza no es otra cosa que un viejo fortín de guerra y logística que se encuentra dentro del parque nacional Santa Teresa, rodeado de palmeras, dunas y con una vista exclusiva sobre el océano Atlántico.
Hubo un tiempo en que sólo pescadores de tiburones lo habitaban. Luego, de a poco el turismo comenzó a ganar el lugar de los escualos y el sitio comenzó a poblarse. Hoy, la magia está intacta.