A unos 70 metros de altura del cerro San Antonio, sobre un pequeño pedestal se ubica la Virgen de los Pescadores, venerada por los amantes del mar y la pesca, y la piedra fundacional de la ciudad de Piriápolis.
Ya en la cima se encuentra el templo de San Antonio, cuya imagen fue traída desde Europa (más precisamente, de Milán), a quien suelen hacer muchos pedidos las mujeres que aún no han podido hallar su “media naranja” en el amor.
Arriba del cerro muchas personas eligen algún rincón para sentarse a observar y disfrutar de la vista que ofrecen las alturas. Otros visitantes prefieren beber o comer algo rico en el Parador Panorámico, que, como su nombre lo indica, ofrece una vista espectacular.
El momento del descenso es el mejor para los sentidos. Al mirar hacia el este, se puede observar las rocas rojas y grandes que conforman Punta Colorada, el sitio preferido por los pescadores que arriban con sus cañas y señuelos a toda hora.
Hacia el oeste, se puede ver la bahía del puerto, las muchísimas embarcaciones que aguardan amarradas alguna próxima travesía, el centro de Piriápolis con sus negocios y restaurantes, y las bellas sierras que se dibujan en el horizonte.
En el norte se pueden ver el cerro Del Toro y el famoso Pan de Azúcar, dos elevaciones ideales para caminar, hacer cumbre y disfrutar desde sus alturas de las bellezas de toda esta región de sierras y mar.