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El gran clásico de la comida uruguaya: el chivito
Pablo Etchevers Pablo EtcheversEs la comida orgullo del uruguayo, no solo en todo el país sino también en todo el mundo. Con ustedes: el chivito uruguayo.

El mate, el tango, el candombe, la murga, el viejo mercado de Montevideo, Benedetti y su borra de café, sin dudas más e interminables símbolos uruguayos que se han propagado por todo el mundo y que hoy se disfrutan en cada calle del país.
Pero en la gastronomía, la comida orgullo del uruguayo, no solo en todo el país sino también en todo el mundo, es sin lugar a dudas el chivito uruguayo.

La receta es simple. Muy simple. Un filete de carne de lomo vacuno. Lechuga, tomate, jamón, queso, panceta y huevo. Todo en sándwich o al plato, como más le guste al comensal.
Desde hace décadas, en los restaurantes más prestigiosos de la ciudad de Montevideo o en la vía publica, en cualquier café o bar de pueblo a lo largo de todo el país es posible deleitarse con este plato tradicional que despierta fanatismos incondicionales.

Muchos se atribuyen el invento y hasta hubo concursos locales y regionales para ver “quién preparaba el chivito más uruguayo de todos”, en los que participaron cientos de personas.
Ícono protagonista de las postales del país, el chivito encierra, junto a otros manjares de la cocina uruguaya, una filosofía de vida.
Existen pequeños carros metalizados, de mayor o menor tamaño, que funcionan como restaurantes al paso y que permiten hacer un alto al oficinista o un impasse a cualquiera que tenga ganas de saber qué número salió, a cuánto va el partido o bien charlar un rato con algún colega.

Uruguay tiene esos tiempos y se da el lujo de disfrutar su manjar predilecto. El chivito es parte de la cultura nacional uruguaya. Habrá que probarlo y, seguro, pasar a formar parte de la lista de fanáticos.

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