Se trata también de un sitio muy adecuado para la pesca deportiva, debido justamente a las formaciones rocosas de sus playas. A la vez, Bella Vista ofrece miradores naturales hacia el mar, producto de los acantilados que se forman en varios pasajes de su costa.
Este balneario, cuyos primeros habitantes se asentaron hacia 1930, tiene como vecino hacia el oeste, luego de pasar el arroyo Espinas, la preciosa Solís, mientras que hacia el oriente, siempre por la ruta 10, se llega al balneario Las Flores.
En Bella Vista viven actualmente alrededor de un centenar y medio de personas. Si bien sobre la ruta, que hace las veces de rambla, funcionan algunos restaurantes, para aprovisionarse los veraneantes suelen ir hacia la ruta Interbalnearia.
Otra opción, tomando el camino de la costa, es ir hasta Solís (algo más de tres kilómetros), donde funcionan varios mercados.
Claro que para los visitantes de Bella Vista la ausencia de cualquier tipo de movimiento que no sea el que propone la propia naturaleza más que una molestia resulta una bendición que agradecen, celebran y protegen cada día.
Un lugar ideal para veranear con chicos, por la tranquilidad y la seguridad que ofrece todo lo que allí existe.