Paseos y excursiones:
"La labor tesonera siempre vence"
Conocimos el castillo del Barón de Mauá y probamos sus vinos. Un paseo por las cercanías de la ciudad ideal para disfrutar en familia.

En nuestra visita a Mercedes, supimos que muy cerca del centro de la ciudad, a tan sólo 6 kilómetros, podríamos visitar el famoso castillo del Vizconde y Barón de Mauá. La idea de recorrer un edificio que data del año 1860 nos resultó muy atractiva, más a sabiendas de que la mencionada obra arquitectónica perteneció a uno de los hacendados más notables de la región.
Al ingresar en el predio, un camino de una sola mano nos condujo hasta el pórtico principal de la entrada al castillo. Este edificio lujoso e imponente, con aires de fortaleza, perteneció a Irineo Evangelista de Souza, un empresario brasileño que gracias a su fortuna supo ganar los títulos nobiliarios de Barón y de Vizconde de Mauá.

La historia de este enigmático personaje sostiene que nació en la pobreza, pero que gracias a su espíritu emprendedor se volvió rico. Su negocio estaba vinculado a la producción lanar y obtuvo importantes premios en exposiciones realizadas en París y Londres.
Construido como casco de la estancia de originalmente 16.000 hectáreas, era utilizado como lugar de descanso por el Barón cuando llegaba desde su residencia de Londres.
Hoy de ese predio solo quedan 3 hectáreas forestadas con acacias, talas y espinillos con una hermosa costa bañada por el río Negro.
En la actualidad este edificio pertenece a la Intendencia de Soriano. Al recorrer sus instalaciones, pudimos acceder al pequeño zoológico municipal y al Museo Paleontológico Alejandro Berro, que funciona en su interior y posee una de las colecciones paleontológicas más importantes de la región.

Nos tomamos un tiempo extra para detenernos en la bodega de Vinos Mauá, donde fuimos recibidos para conocer algunos de los secretos de guarda el vino uruguayo.
En el interior de la bodega pudimos apreciar el escudo familiar, donde reza la leyenda: “La labor tesonera siempre vence”, además de conocer los distintos varietales que allí se elaboran de un modo semi-artesanal.
Los productores charrúas nos recibieron con la amabilidad que los caracteriza y sin dudarlo nos mostraron los toneles de guarda, las barricas de roble francés, y nos invitaron a degustar el exquisito vino que allí se elabora.

De carácter fuerte, el vino uruguayo posee un inconfundible perfil europeo: alta acidez y menor presencia de alcohol. Posee características sensoriales bien marcadas con un bouquet aromático y sabor a taninos. Sin duda, está ganando un creciente reconocimiento mundial y nosotros nos encontrábamos en la cuna de aquel vino.
Para finalizar nuestro paseo por el castillo de Mauá, nos dirigimos hacia la costa del río. Comenzaba a atardecer, un viento fresco comenzaba a soplar y paladeando todavía el gusto del vino, nos dispusimos a observar el hermoso ocaso de Mercedes.

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