Historia de Durazno



La zona que en la actualidad ocupa la ciudad de Durazno era conocida como “Entre Ríos Yí y Negro”. Los primeros habitantes, minuanes, charrúas y algunos yaros, ocuparon hasta el siglo XVII esas tierras. Con la aparición del caballo y del ganado vacuno comenzó la comercialización del cuero entre indígenas y portugueses. Pero en 1702 la batalla del Yí terminó con la alianza indo-lusitana y marcó el ocaso de la presencia indígena en la zona.

Al principio del siglo XVIII, también atraídos por la explotación del cuero, aparecieron faeneros y troperos, correntinos, santafesinos, porteños y entrerrianos, que dejaron su impronta en la región.
El poblado como tal fue fundado recién en 1821 por el entonces coronel Fructuoso Rivera, bajo el nombre de Villa San Pedro de Durazno. Con ella se buscó levantar un baluarte defensivo para dar seguridad a la campaña del ejército y para brindar un hogar a las humildes familias criollas; por eso se sostuvo en su momento que Durazno fue fundada con los “huérfanos de la Patria”.

Hechos históricos muy trascendentes se sucedieron en estas tierras. En 1825 se realizó el “Abrazo de Monzón” entre Rivera y Lavalleja, hecho que selló su alianza para pelear por la independencia oriental. También en Durazno, en el año 1836, se libró la batalla de Carpintería entre los partidarios de Manuel Oribe y los revolucionarios de Fructuoso Rivera. En esa batalla se usaron por primera vez las divisas blanca y colorada, nacimiento formal de los dos partidos políticos que después predominarían en el Uruguay.

Con la independencia llegaron los tiempos de paz y prosperidad. Gracias al auge de la ganadería y de las tierras para dar frutos la zona creció, lo cual la transformó en un punto estratégico por unir los cuatro puntos cardinales del país en su centro.

Recién en el año 1906, Durazno fue declarada ciudad.