Paseos y excursiones:

Al fin juntos

Hay lugares que siempre están pero a los que nunca se llega porque están de paso. Entre las localidades de Piriápolis y Minas, el cerro Pan de Azúcar es uno de esos lugares.

Quien se dirige a las playas del este siempre lo ve al pasar, pero son muy pocos los que deciden desviarse del camino principal para acercarse hasta su base. El Pan de Azúcar mide aproximadamente cuatrocientos metros de altura y desde su cumbre es posible tener una vista panorámica única de la ciudad de Piriápolis y del inmenso y azulado mar que llega a respirarse cuando hay viento norte.

Desde la ciudad de Piriápolis, sobre la ruta 37 y a tan sólo 6 kilómetros se encuentra la subida principal donde, además del camino que conduce a la cumbre, se ubica la Estación de Cría de Fauna Autóctona, sin dudas la más importante del país por su diversidad y su rol educativo.

Aquí los animales prácticamente se encuentran libres, como en sus habitats naturales. Desde pumas, gatos monteses, liebres y carpinchos hasta aves de importancia como cisnes de cuello negro, perdices, teros y otras especies que son propias de estas latitudes.

El lugar es un destino obligado cuando durante la temporada de verano los días no son los mejores para disfrutar de la playa. “Vamos al zoológico”, es lo que se escucha a los más chicos y así cientos de familias se acercan hasta el Pan de Azúcar.

Hacia la gran cruz


La gran cruz, uno de los íconos más representativos de esta región, fue construida en el año 1933 por arquitectos vanguardistas y bendecida en 1938 durante el 3er Congreso Eucarístico Nacional.

Su presencia deja bien en claro cuál de los sistemas de sierras que la rodea es el Pan de Azúcar. La cruz fue construida con hormigón armado, tiene una altura de 35 metros y cada uno de sus brazos llega a tener 12 metros.

A los brazos se puede subir luego de casi 100 escalones y en menos de una hora de descansada caminata. En ellos, la cruz posee pequeñas ventanas que permiten observar los 360 grados de este envidiable y bello paisaje que incluso de vez en cuando deja ver algunos parapentistas buscando las térmicas que esconde el cerro para lograr volar como alguno de los pájaros que merodean por el aire.

Vea también: Hoteles en Minas y otros alojamientos